miércoles, 6 de agosto de 2014

Bioconocimiento en tierra de gigantes y tesoros ocultos

Sapo gigante de Blomberg (Rhaebo blombergi) y la ranita venenosa Dendrobates (Excidobates) captivus.  © Luis A. Coloma (Centro Jambatu)



Por fin la sociedad ecuatoriana empieza a valorar el bioconocimiento. Un tesoro mayormente oculto para la ciencia y la sociedad por siglos. Para quienes —unos pocos— generan nuevos conocimientos biológicos en Ecuador, es la oportunidad de nuestras vidas para explorar un universo sin fin, pletórico de descubrimientos y emprendimientos. No obstante, está claro que el camino de la ciencia y tecnología en Ecuador es todavía una ruta poco institucionalizada, incierta, y llena de curvas peligrosas, piedras y lodo. El camino azaroso del pasado y los prometedores planes del Estado Ecuatoriano aportan los ingredientes necesarios para la nueva sociedad del bioconocimiento, por lo que el reciente hallazgo de un espécimen del sapo gigante de Blomberg  (Rhaebo blombergi) y una perenne y amarga queja de la comunidad científica ecuatoriana (Swing et al., 2014) involucrada en el inventario y estudio de la biodiversidad nos ayudan a ilustrar una pequeña porción de lo bueno y lo malo...


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